CAPÍTULO II
QUE TRATA DE LA PRIMERA SALIDA QUE
DE SU TIERRA HIZO EL INGENIOSO DON QUEIJOTE.
Realizadas todas la preparaciones,
decide poner en efecto su pensamiento. Piensa que el mundo necesita
de su acción para impartir justicia. En el mundo son muchos los
“agravios que ha de deshacer, tuertos que enderezar,
sinrazones que enmendar, y abusos que mejorar y deudas que
satisfacer”(pp106-107). Decide, un tanto impaciente,
sin comunicarlo,salir por la mañana, antes de del día, en un día
caluroso de julio, se armó de todas sus armas, subió sobre
Rocinante y sale al campo, con grandísimo contento y alborozo para
dar cumplimiento a sus gran deseo, que es hacer justicia, amparar a
los menesterosos. Tan pronto se vio en el campo se percata de que se
tiene que armar caballero conforme a la ley de caballería. Razón
por lo que decide armarse caballero del primero que tope. Y con esa
idea va caminando a la espera de encontrar la oportunidad lo más
pronto posible.
En su caminar va conversando consigo
mismo y diciendo cosas como estas: contarían la historia de sus
verdaderos hechos.
Subió de nuevo “sobre su Rocinante,
y comenzó a caminar por el antiguo y conocido campo de
Montiel”(p.108).
“Y era la
verdad que por él caminaba. Y añadió diciendo:
-Dichosa
edad, y siglo dichoso aquel a donde saldrán a luz las famosas
hazañas mías, digna de entallarse en bronce, esculpirse en mármoles
y pintarse en la tabla para memoria en lo futuro. ¡Oh
tú, sabio encantador, quienquiera que seas, a quién ha de tocar a
ser cronista desta peregrina historia! Ruégote que no te olvides de
mi buen Rocinante, compañero eterno mío en todos mis caminos y
carreras” (p. 108).
Después se acordó, como si estuviera
enamorado de Dulcinea: ¡Oh princesa Dulcinea, señora deste cautivo
corazón...” Continuó hablando sobre los agravios que le había
hecho su dulcinea y demás cosas que había leído en los libros. Iba
caminando despacio y durante aquel día nada le sucedió digno de
destacar. “Autores hay que dice que la primera aventura que le
vino fue la de Puerto Lápice; otros dicen que la de los molinos de
viento...pero lo que yo he podido averiguar en este caso, y lo que
he hallado escrito en los anales de la Mancha, es que él anduvo todo
aquel día, y, al anochecer, su rocín y él se hallaron cansados y
muertos de hambre” (p. 109). Su afán era encontrar un castillo
o una venta para descansar y acabar con el hambre. Al fin ve una
venta, que a él le pareció un castillo, se da prisa y llegó a
ella en el momento en que anochecía.
En la puerta estaba dos mujeres
mochas, destas que se llaman de partido (mujeres deshonestas y
vagabundas), las cuales les parecieron dos hermosas doncellas o dos
graciosas damas, que en la puerta del castillo se estaban solazando.
Aquellas doncellas se reína, no solo de su figura, de su facha sino
de sus dichos, de su manera de hablar. Al fin sale el ventero,
hombre gordo, pacífico y decidió hablale recatada y dulcemente:
- Si vuestra merced, señor caballero,
busca posada, amén (aquí la palabra significa excepto) del
lecho...Viendo D. Quijote la humildad del alcaide de la fortaleza,
que le pareció a él el ventero, respondió:
- Para mi , señor castellano,
cualquier cosa basta porque:
mis arreos son las armas
mi descanso el pelear, etc
Mi cama las duras peñas.
Mi dormir siempre velar (primeros
versos de un precioso romance, publicado en cancionero de Amberes,
mediado del siglo XVI)
Al decirle los dos últimos versos el
ventero, se fue a tener el estribo a D. Quijote, que se apeó con
mucha dificultad y trabajo. Mandó que cuidaran de su Rocinante que
el el más valioso del mundo, cosa que el ventero lo vio así. Las
mozas le fueron quitando las armas y demás cosas. Pero no pudieron
quitarle la gola y la celada, con las que se tuvo que acostar. Y
pensando que aquellas mozas eran algunas principales señora y damas
de aquel castillo, les dijo con mucho donaire:
Nunca fuera caballero
de dama también servido
como fuera don Quijote
cuando de su aldea vino:
doncellas curaban dél;
princesas, del su rocino
Don quijote ofrece sus servicios a las
damas(mozas) de defensa. Las mozas no responden y solo le
preguntaron si quería comer alguna cosa. Pero aquel día era
viernes y solo había pescado. Le ponen la mesa en la puerta de la
venta, por el fresco y el llevó el huésped una porción de mal
remojado y peor cocido bacalao y un pan tan negro y mugriento como
sus ramas. Su manera de comer producía risa. Estando comiendo con
esta facha, llega a la venta un castrador de puercos e hizo sonar el
silbato, lo que le hace creer a don Quijote “que estaba en algún
famoso castillo y que le servían con música, y que el abadejo eran
truchas, el pan candeal y las rameras damas, y el ventero castellano
del castillo, y con eso daba por bien empleada su determinación y
salida. Pero lo que más le fatigaba era el no verse armado
caballero, por parecerle que no se podía poner legítimamente en
aventura sin recibir la orden de caballería” (p. 114).
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¿Qué nos quiere enseñar Cervantes,
narrador del Quijote, en este capítulo reducido a la salida
silenciosa del mismo, sin más aventura que encontrarse con una
posada que le parece un castillo y una mozas que le parecen algunas
principales señora y damas de aquel castillo?
Pienso que Cervantes nos quiere decir
que cuando el ser humano está poseído por la idea sublime,
convertida en ilusión de sueños que desvelan, tiende a convertir la
realidad de la vida terrenal en la realidad de la vida celestial:
empeñado en reemplazar dicha realidad terrenal en en la celestial.
Aquello que ve don Quijote no es lo que ve, sino lo que desea y quiere
que sea: la venta no es la venta, sino el castillo, estancia del
caballero andante; el ventero no es el ventero, sino un caballero
castellano; las mozas no son las mozas, sino grandes y principales
señoras, Rocinante no es un Rocinante cualquiera, sino el más
valioso de cuantos existen en el mundo; el no es un caballero
cualquier, sino el único, el más valiente del mundo, para ello
tiene que respetar las leyes de caballería y armarse caballero con
arreglo a las Leyes de Caballería. Y en tanto no sea así no puede
ni debe emprender aventura alguna para deshacer agravios, tuertos que enderezar,
sinrazones que enmendar, y abusos que mejorar y deudas que
satisfacer desde a la ley. La ley es la ley, y hay que
respetarla.
En el uso de su libertad, Cervantes se permite trasnformar don Quijote en un ser loco para que en sus delirios haga cantos de alabanza, dulzura y lisonja, y así lograr su objetivo, qwue no es otro que hacerse caballero para impartir justicia, que es la que falta en la tierra. Y así es como consigue, entre burlas y charangas poner a disposición al ventero para hacerle caballero. La deformación de las realidades solo está permitida a los locos, a los humoristas, a los magos.
En el uso de su libertad, Cervantes se permite trasnformar don Quijote en un ser loco para que en sus delirios haga cantos de alabanza, dulzura y lisonja, y así lograr su objetivo, qwue no es otro que hacerse caballero para impartir justicia, que es la que falta en la tierra. Y así es como consigue, entre burlas y charangas poner a disposición al ventero para hacerle caballero. La deformación de las realidades solo está permitida a los locos, a los humoristas, a los magos.
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