D. Quijote de tanto, de tanto pensar en ordenarse caballero andante, está fatigado. Nada más cenar llama
al ventero y se encierra con él en la caballeriza, se hincó de
rodillas ante él, diciéndole, que no se levantará hasta que no le
otorgue el don que quiere, cual es que lo ordene caballero..
El ventero, confuso ante tantas
razones expuestas por don. Quijote, le dice que sí le otorgará el
don que le pide. Y don. Quijote le contesta: “no esperaba yo menos de
la gran magnificencia vuestra...esta noche en la capilla de este
vuestro castillo velaré las armas...y mañana ...se cumplirá lo que
tengo deseo...ir por todas las cuatro partes del mundo buscando
las aventuras, en pro de los menesterosos, como está a cargo de la
caballería y de los caballeros andantes, como yo soy, cuyo deseo a
semejante fazañas es inclinado”
(Pero la verdad es que don. Quijote no
podía ser ordenado caballero, estaba loco, era pobre y no podía
ser nombrado mediante un escarnio como el que le tenía preparado lo hizo el ventero)
El ventero, todo socarrón, le siguió
la corriente y le dijo que aunque el castillo no tenía capilla, en
cualquier lugar podía velar las armas, y que al día siguiente sería
armado caballero. Le preguntó si llevaba dinero, a lo que le dijo
que no llevaba blanca (moneda de cobre de poco valor). Don Quijote
pensaba que los caballeros no llevaban dinero. Pero el ventero le
afirmó que si. También le dijo a D. Quijote que en la alforjas
llevaban muchas cosas, le aconsejó que a partir de ser ordenado
caballero andante no fuera sin dinero, ni sin las prevenciones referidas
(camisas limpias, bien llenas las bolsas, arqueta pequeña llena de
argüentos para curar las heridas que recibieran, escuderos
proveídos de dinero y de otras cosas necesarias, como eran hilas y
argüentos para curarse).
Don quijote, tras prometerle que así
lo haría, se fue a velar las armas a un corral grande, puso sus
armas en una pila junto a un pozo, y comenzó a pasear delante de la
pila, momento en que que empezaba a cerrar la noche.
El ventero comentó la locura de su
huésped a todos los que estaban en la venta, los cuales curioseaban
todo lo que hacia. Estando velando sus armas tiene que arremeter
contra dos arrieros que le retiraron sus armas de la pila para dar
agua a sus animales, a los que además de lo golpes que les atestó
le decía palabras como soez, baja canalla.
El ventero no le parecieron bien las buslas de sus Huésped, y “determinó abreviar y darle la negra orden de caballería luego, antes que otra desgracia sucediese. Y así, llegándose a él, se disculpó de la insolencia que aquella gente baja con el, había usado, sin que él supiese cosa alguna...”(p. 119-120) .Volvíó a decirle que en el castillo no había Capilla, pero lo que le quedaba de hacer para ser ordenado caballero andante tampoco era necesario tal capilla, pues, le quedaba darle la pescozada(el padrino le daba un golpe en la nunca) y el espladarazo (golpe dado con la espada en la espalda), cosa que se podía hacer en mitad del campo., cosa que don. Quijote aceptó.
Luego el castellano lleva un libro y con un cabo de vela que le llevaba un muchacho y con las dos dichas doncellas se fueron a donde estaba don Quijote, al que manda hincar de rodillas, en mitdad de la leyenda alzó la mano y le dio sobre el cuello un gran golpe y después con la misma espada, un gentil espaldarazo.Una de las damas le ciñó la espada, a la vez que le dice la buena señora:
El ventero no le parecieron bien las buslas de sus Huésped, y “determinó abreviar y darle la negra orden de caballería luego, antes que otra desgracia sucediese. Y así, llegándose a él, se disculpó de la insolencia que aquella gente baja con el, había usado, sin que él supiese cosa alguna...”(p. 119-120) .Volvíó a decirle que en el castillo no había Capilla, pero lo que le quedaba de hacer para ser ordenado caballero andante tampoco era necesario tal capilla, pues, le quedaba darle la pescozada(el padrino le daba un golpe en la nunca) y el espladarazo (golpe dado con la espada en la espalda), cosa que se podía hacer en mitad del campo., cosa que don. Quijote aceptó.
Luego el castellano lleva un libro y con un cabo de vela que le llevaba un muchacho y con las dos dichas doncellas se fueron a donde estaba don Quijote, al que manda hincar de rodillas, en mitdad de la leyenda alzó la mano y le dio sobre el cuello un gran golpe y después con la misma espada, un gentil espaldarazo.Una de las damas le ciñó la espada, a la vez que le dice la buena señora:
-” Dios haga a vuestra merced muy
venturoso caballero y le dé ventura en lides”.(p.121)
Don quijote le
preguntó cómo se llamaba, para saber a quien quedaba obligado por
la merced recibida porque pensaba darle alguna parte de la honra que
alcanzase por el valor de sus brazos. Le dijo que Tolosa, hija de un
remendon natural de Toledo. Don quijote le pidió que se pusiese don,
y se llamase doña Tolosa. Ella se lo prometió y la otra le calzó la
espuela. Igualmente le preguntó su nombre y le dijo que Molinera,
hija de un horado molinero de Antequera; a la cual tambien le rogó
que se pusiense don, y se llamase doña Molinera:
Don quijote ya es
un caballero andante, ahora tiene que ir a buscar las aventuras, y
ensillando a Rocinante, subió en él, y abrazando a su huésped se
despide con palabras extrañas de él. El ventero, con ganas de
verle fuera de la venta respodio a las suyas, sin pedirle la costa de
la posada, le dejó ir a la buena hora.
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COMENTARIO Y ENSEÑANZA:
La fuerza de la idea, la de hacerse caballero
andante, es tal que es capaz de superar cuantos incovenientes y cuanto
retos surjan al encuentro para impedir su la realización.
El ser deseo se convierte en ser real. El pensamiento que va dando
forma a la idea es tan fuerte como la misma idea ya configurada.
Obstáculos han sido varios: locura, pobreza, mujeres de la casa
donde
vive el Quijano, inexistencia de Castillo y
de Capilla, burlas del ventero y arrieros de la venta.
La locura, que ha sido un impedimento, ha
sido precisamente lo que le ha permitido ordenarse caballero. En
condiciones normales no lo hubiera podido ser, se hubiera rendido y
no hubiera acepcetado ninguna de la condiciones: ni venta ( que
gracias a su locura le parece un castillo; ni ventero, que gracias a
su locura le perece el señor de castillo; ni las mozas, que le
parecen señoras importantes, ni hubiera velados las armas en el
patio, ni hubiera consentido escarnio alguno.
La condición de su locura hace
posible lo que no hubiera logrado con sus cordura. Se vale, pues, de
su locura para lograr lo que no puede con sus cordura; y de su
cordura para lograr lo que no puede con sus locura. Ahí está
Cervantes para que apareczca la locura y lucidez cuando es necesario.
Ha logrado hacerse caballero andante,
entes de tener escudero, pues, Sancho Panza, llevado por su realismo
terrenal, no hubiera permitido que su señor se hubiera ordenado
caballero en las condiciones que lo ha hecho. Hubiera exigido el
respeto, decoro y cumplimiento fiel de las normas escrupulosas de las
leyes de caballería.
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